Tienes el rostro bonito y lo deshaces en alcohol, en tabaco...
Buscas algo en la vida, del amor, buscas algo que no tienes... Te vuelves desgraciada... princesa.
Entre tu risa, tu aparente felicidad ¿donde se perdió ella?
Ríes, ríes, ríes pero hasta donde la vista alcanza, estás muerta como tu alma. Ocúltate en tus perlas, en tus joyas, tu pelo y tu indiferencia en tu falsa, falsa, falsísima sonrisa de animal asustado y listo para ser disparado.
Pero te niego... Se acabó el baile, se acabaron tus juegos, princesa.
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