Si todos los caminos llegan a Roma, ¿cómo se sale de Roma?

A veces, pensamos demasiado y sentimos muy poco.

Mi abuelo siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella, aunque, en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás.

Y es que la vida son momentos, ¿sabes? Que ahora estoy aquí y mañana no lo sé. Y que quería decirte, que si alguna vez quieres algo, quieres algo de verdad, ve por ello y nada más, mirando el miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella...

Así que no sé qué será de mí mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo, que los amigos son la familia que elegimos y que yo te elijo a ti, te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja, que apuesto fuerte por estos años a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos y los amores del pasado. Tus abrazos, así por que sí, sin venir a cuento, ni tener que celebrar algo.

Y es que en este tiempo me he dado cuenta que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas. Y que tú has hecho infinito mi límite, y así te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo, por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, con ese brillo en los ojos capaz de pelearse contra un millón de tsunamis...

Así que no... no sé dónde estaremos mañana, no sé dónde estaremos dentro de diez años, ni cómo se sale de Roma, no te puedo asegurar nada. Pero te prometo, que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, por eso, mi luna va a estar siempre contigo, porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida y eso, eso no lo voy a olvidar nunca.

miércoles, 29 de enero de 2014

Espero que un día cuando me veas me señales, y les digas a tus amigos: la he encontrado, es ella.


Hablo de pintarte las uñas de color rosa fosforito si te da la gana, y de ponerte el pelo verde y rojo, de escuchar a Pitingo o de comer cinco regalices diarios y tres piruletas, hablo de sonreir si tienes ganas y si te sale de dentro, y de enfadarte si te dan los motivos necesarios, hablo de saltar por la calle y gritar las veces que te de la gana su nombre o el tuyo, o de gritar simplemente tu canción preferida, hablo de mirar el cielo las veces que quieras, y de ponerte tonta si te hacen cosas que no te gustan, hablo de caminar no como los demás, sino como tu sabes, y de ser tu siempre, hablo de encerrarte en tu habitación y ponerte los cascos con la música a todo volumen si te apetece, de leer libros por la calle o de no leerlos, si no tienes ganas o no te gusta, sueña despierta, ríe, saca la lengua por la ventanilla del coche, haz lo que te apetezca en cada momento, con quién quieras  y donde quieras, mira por ti, sino lo haces tu dudo mucho que alguien lo haga por ti, hablo de querer hablo de sufrir y de aprender de los errores.

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