Decir adiós no es una frase, implica el abandonar una parte de tu vida para comenzar una nueva, el dejar no solo a la persona de quien te despides sino todo lo que te ata a ella, no significa olvidarla, al contrario, significa recordarla pero sin dolor. Para decirle adiós a una persona primero debes estar completamente seguro de que quieres que salga de tu vida, de que tu te diriges hacia un camino donde no hay cabida para los dos, pero sobre todo debes asegurarte de que esa despedida es para los dos el capitulo final de un libro lleno de recuerdos felices que llevarian toda su vida.
Si no puedes convencerte de esto, es inutil que le digas adios a esa persona que quieres, porque esto dejara de ser un hecho, para convertirse en una frase fria y vacia que al contrario de hacerte mas fuerte, te desgarra el alma al repetirte cada dia, que habria pasado si en vez de abandonar a ese alguien hubieses luchado por el y esa es una duda que con el tiempo se convierte en frustracion, en una capitulo vacio que te esforzaras por borrar y tanto sera tu esfuerzo que lo recordaras aun mas.
Dicen muchos escritores que recordar es volver a vivir y el volver a vivir es un capitulo triste de tu vida te hara temer cada dia mas en volver a equivocarte con alguien.
Todo en esta vida es pasajero, pero no es facil dejar que la vida pase frente a tus ojos sin que tu sepas que la estas desperdiciando en cosas inertes que solo te hacen creer que eres feliz sin preguntarte si lo eres.
Porque a veces vivimos tan esforzados por encontrar la gran felicidad que nos olvidamos de esas pequeñas alegrías que le dan sentido a nuestras vidas.
Estas seguro de que el decirte adiós a esa persona que quieres es un hecho que te conlleva a ser una persona feliz, realizada y sobre todo consciente de vivir su vida plenamente y que al día de mañana recordarás a esa persona y no te atormentará.
¿Que hubiese pasado si...?
Analizate y cuestiona antes de tomar una decision, por que esto te ayudará a crecer como ser humano hoy y para siempre.
Si todos los caminos llegan a Roma, ¿cómo se sale de Roma?
A veces, pensamos demasiado y sentimos muy poco.
Mi abuelo siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella, aunque, en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás.
Y es que la vida son momentos, ¿sabes? Que ahora estoy aquí y mañana no lo sé. Y que quería decirte, que si alguna vez quieres algo, quieres algo de verdad, ve por ello y nada más, mirando el miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella...
Así que no sé qué será de mí mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo, que los amigos son la familia que elegimos y que yo te elijo a ti, te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja, que apuesto fuerte por estos años a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos y los amores del pasado. Tus abrazos, así por que sí, sin venir a cuento, ni tener que celebrar algo.
Y es que en este tiempo me he dado cuenta que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas. Y que tú has hecho infinito mi límite, y así te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo, por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, con ese brillo en los ojos capaz de pelearse contra un millón de tsunamis...
Así que no... no sé dónde estaremos mañana, no sé dónde estaremos dentro de diez años, ni cómo se sale de Roma, no te puedo asegurar nada. Pero te prometo, que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, por eso, mi luna va a estar siempre contigo, porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida y eso, eso no lo voy a olvidar nunca.
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