Si todos los caminos llegan a Roma, ¿cómo se sale de Roma?

A veces, pensamos demasiado y sentimos muy poco.

Mi abuelo siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella, aunque, en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás.

Y es que la vida son momentos, ¿sabes? Que ahora estoy aquí y mañana no lo sé. Y que quería decirte, que si alguna vez quieres algo, quieres algo de verdad, ve por ello y nada más, mirando el miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella...

Así que no sé qué será de mí mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo, que los amigos son la familia que elegimos y que yo te elijo a ti, te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja, que apuesto fuerte por estos años a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos y los amores del pasado. Tus abrazos, así por que sí, sin venir a cuento, ni tener que celebrar algo.

Y es que en este tiempo me he dado cuenta que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas. Y que tú has hecho infinito mi límite, y así te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo, por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, con ese brillo en los ojos capaz de pelearse contra un millón de tsunamis...

Así que no... no sé dónde estaremos mañana, no sé dónde estaremos dentro de diez años, ni cómo se sale de Roma, no te puedo asegurar nada. Pero te prometo, que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, por eso, mi luna va a estar siempre contigo, porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida y eso, eso no lo voy a olvidar nunca.

martes, 3 de junio de 2014

Solo quería quererte.


No sé como pude ser tan ingenua de pensar que mis palabras te harían cambiar de opinión. Cómo pude por un instante pensar que cambiarías toda una vida por mí. Que mi felicidad sería tuya. Que tu sonrisa permanecería a mi lado eternamente. Que mis manos volverían a acariciarte y mi corazón volvería a latir por ti. Que tus labios me susurrarían palabras bonitas, de esas que sacan la mayor de las sonrisas y un bonito rubor en las mejillas.

No sé como siquiera pensé en pasar un segundo más a tu lado.
Aún pienso en como seria estar cerca de ti cada dia. En verte sonreir a mi lado cada mañana. En desearte buenas noches con tus brazos rodeando mi cintura. En pensar que soy yo y no otra la que te quiera, te mire y te mime. En recorrer un camino juntos, de la mano, olvidandonos del pasado y pensando en el futuro, uno a lado del otro.
Pensando en ese presente que ahora nos pertenecia.
Pensando en cada mirada que me provocaba escalofríos.
Pensando en los besos que nos dábamos en el cruce de cada calle. Pensando en mis manos rodeando tu cuello. Pensando en la magia del primer momento, esa que se escapa con la rutina.

Solo quería que tu felicidad fuera a mi lado. Que tus abrazos fueran mi mayor refugio. Que tus palabras fueran mi huida del mundo. Que tú fueras mi mayor tesoro, ese que cierras bajo llave para que nadie se pueda llevar.
Solo quería pasar un segundo más a tu lado y demostrarte que yo no puedo darte lo que necesites. Solo te quería a ti, solamente a ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario