
Y allí de puntillas, se inclino hacia él. Le puso la mano en la mejilla y el parpadeo, pero no se movio, muy poco a poco, como si tuviera miedo de sorprenderlo, aunque cada segundo que pasaba, ella misma se sentia petrificada...
Y entonces cuando sus ojos estaban tan cerca que casi bizqueaban, ella los cerro y unio sus labios a los de el, aquel suave contacto con sus labios, como de plumas, era lo unico que los conectaba, pero ella sintio que un fuego desconocido se apoderaba de su cuerpo, y supo que necesitaba mas de todo cuanto pudiera darle, sin duda era demasiado que el la necesitara de la misma forma, que pudieran abrazarse como ella tantas veces habia soñado, y que le devolviera aquel beso que anhelan con la misma intensidad.
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