Dicen que la novedad siempre gusta, supongo que era una novata en esto del amor, y con mi corazón puesto y en busca de dibujar historias de amor, me fui a quererle.
En los juegos de mayores no te metas- me dijeron.
Yo sin hacer caso, me metí y jugaron conmigo, que divertido es hacer un puzzle de 20 piezas pero como duele que el puzzle sea tu corazón y acabes perdiendo, con pedazos de trozos por el suelo, desplomados como hijas que caen de los árboles, tan pequeños que se hizo grande el dolor, pero el tiempo al fin y al cabo te ayuda, no a olvidar ese amor pasajero de cuando eras pequeño, si no a convivir con ese momento del pasado, que en tu futuro no influirá.
Pasan los años y sigo con mi corazón deshecho y con ganas de ser feliz, ya no soy una niña ni novata porque aprendí que nunca debía de llevar el corazón puesto ya que podían quitármelo sin avisar y romperlo sin preguntar.
Cuando te haces mayor, y empieza el verdadero amor, te empiezan a salir unas mariposas en el estómago y cuando oyes un te quiero de la persona que lo es todo para ti, las mariposas se transforman en unas abejas asesinas que te hacen sentir amor hasta en el estómago.
Pareciendo- esto poco, se ha metido en mi mente controlando cada pensamiento y haciéndose él protagonista de cada uno de ellos. Pero él así me enciende el corazón y con cada sonrisa es capaz de hacerme feliz, sus abrazos son de verdad de la buena, sus besos llevan una sorpresa dentro, aunque te diga que eres boba te lo dice desde lo más cariñoso de su ser.
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