-Escúchame un momento, te tengo que decir unas cuantas palabras que él me ha dado para ti. Primero he de decirte que no puede venir. Con él he estado hablando y pide tu perdón porque se ha ilusionado con otro nuevo amor. Me ha dicho que lo siente y que no le guardes rencor.
+Háblale de mi, dile estas palabras: que por qué me deja sin ningún motivo si no le he hecho nada. Que tanto le quiero, que por él me muero. Dile dónde están todas las promesas que me decía , que me prometía, ya me he dado cuenta...todo era mentira.
-Me ha dicho que te tenía cariño de verdad, que tuvo unos momentos que nunca olvidará. Que eres cariñosa y su amistad tendrás. Y dice que contigo la tristeza no encontró, y quiere que comprendas que su máxima ilusión es vivir enamorado, ese sueño, esa pasión...
+Dile que por favor qué es lo que le ha dado, que si es tan bonita o tan cariñosa para amarla tanto... yo todo le daba y él nunca me ha amado. Quiero estar con él, tenerle a mi lado, aunque sea un momento para yo pedirle un último beso y con su recuerdo viviré esperando...
Si todos los caminos llegan a Roma, ¿cómo se sale de Roma?
A veces, pensamos demasiado y sentimos muy poco.
Mi abuelo siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella, aunque, en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás.
Y es que la vida son momentos, ¿sabes? Que ahora estoy aquí y mañana no lo sé. Y que quería decirte, que si alguna vez quieres algo, quieres algo de verdad, ve por ello y nada más, mirando el miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella...
Así que no sé qué será de mí mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo, que los amigos son la familia que elegimos y que yo te elijo a ti, te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja, que apuesto fuerte por estos años a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos y los amores del pasado. Tus abrazos, así por que sí, sin venir a cuento, ni tener que celebrar algo.
Y es que en este tiempo me he dado cuenta que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas. Y que tú has hecho infinito mi límite, y así te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo, por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, con ese brillo en los ojos capaz de pelearse contra un millón de tsunamis...
Así que no... no sé dónde estaremos mañana, no sé dónde estaremos dentro de diez años, ni cómo se sale de Roma, no te puedo asegurar nada. Pero te prometo, que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, por eso, mi luna va a estar siempre contigo, porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida y eso, eso no lo voy a olvidar nunca.
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