Si todos los caminos llegan a Roma, ¿cómo se sale de Roma?

A veces, pensamos demasiado y sentimos muy poco.

Mi abuelo siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella, aunque, en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás.

Y es que la vida son momentos, ¿sabes? Que ahora estoy aquí y mañana no lo sé. Y que quería decirte, que si alguna vez quieres algo, quieres algo de verdad, ve por ello y nada más, mirando el miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella...

Así que no sé qué será de mí mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo, que los amigos son la familia que elegimos y que yo te elijo a ti, te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja, que apuesto fuerte por estos años a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos y los amores del pasado. Tus abrazos, así por que sí, sin venir a cuento, ni tener que celebrar algo.

Y es que en este tiempo me he dado cuenta que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas. Y que tú has hecho infinito mi límite, y así te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo, por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, con ese brillo en los ojos capaz de pelearse contra un millón de tsunamis...

Así que no... no sé dónde estaremos mañana, no sé dónde estaremos dentro de diez años, ni cómo se sale de Roma, no te puedo asegurar nada. Pero te prometo, que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, por eso, mi luna va a estar siempre contigo, porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida y eso, eso no lo voy a olvidar nunca.

martes, 8 de enero de 2013

Dicen que las despedidas siempre son dolorosas, pero encima si son anunciadas lo son aun mas.
No me refiero a cuando alguien se va, si no a cuando tu ves que se esta yendo...
Cuando tu ves que ya no es lo mismo y que poco a poco las distancias se hacen enormes incluso estando a su lado. Día tras día vas viendo que ya no es igual que era, las frases, dejan de surgir espontaneas, se fuerzan las expresiones y llega el dia que ya no te queda nada que decir.
Normalmente siempre hay un punto de inflexion, un punto en el que te das cuenta de que no es lo que esperabas o habias soñado.
Un punto en el que poner las cartas sobre la mesa, ya no hay nadie para jugar la partida. Ese punto es el principio del fin.
Tu sabes que es el fin y te empeñas en que no lo sea, pero es inevitable.
Va pasando el tiempo e intentas seguir igual pero a cada dia que pasa te vas dando cuenta de que ya jamas volvera a ser lo mismo.
Intentas ser como siempre, pero ya no es igual. Ya no compartes, solo cuentas. Ya no disfrutas, solo aguantas.
Al final llega el tiempo que definitivamente la distancia se hace insalvable. Llega el momento de la separación.
Por el motivo que sea, por la excusa que sea, se rompe todo, no hace falta un motivo sonado, cualquier tonteria es valida y entonces es cuando te planteas de nuevo todo lo que ha pasado.
Analizas todo lo sucedido, te comes la cabeza con lo que podias haber hecho y no hiciste o con lo que no tendrias que haber hecho.
Sientes rabia por no haber tenido una oportunidad antes de llegar a esa situacion o por no haberla aprovechado.
Pero por mucho que te comas la cabeza...ves que no hay solucion y aunque la hubiera te das cuenta de que la magia a desaparecido. Se perdieron muchas cosas...
Y como en cualquier pelicula al terminar aparece el titulo de FIN, no lo ves, pero sabes que ha salido y esta fijo en la pantalla. Y entonces es cuando recoges los trastos, te arreglas el vestido, levantas la cabeza, miras al frente, sonries y caminando con la cabeza bien alta piensas....
VOY A SER FELIZ, LO PROMETO.

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