Si todos los caminos llegan a Roma, ¿cómo se sale de Roma?

A veces, pensamos demasiado y sentimos muy poco.

Mi abuelo siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella, aunque, en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás.

Y es que la vida son momentos, ¿sabes? Que ahora estoy aquí y mañana no lo sé. Y que quería decirte, que si alguna vez quieres algo, quieres algo de verdad, ve por ello y nada más, mirando el miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella...

Así que no sé qué será de mí mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo, que los amigos son la familia que elegimos y que yo te elijo a ti, te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja, que apuesto fuerte por estos años a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos y los amores del pasado. Tus abrazos, así por que sí, sin venir a cuento, ni tener que celebrar algo.

Y es que en este tiempo me he dado cuenta que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas. Y que tú has hecho infinito mi límite, y así te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo, por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, con ese brillo en los ojos capaz de pelearse contra un millón de tsunamis...

Así que no... no sé dónde estaremos mañana, no sé dónde estaremos dentro de diez años, ni cómo se sale de Roma, no te puedo asegurar nada. Pero te prometo, que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, por eso, mi luna va a estar siempre contigo, porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida y eso, eso no lo voy a olvidar nunca.

sábado, 10 de marzo de 2012

La amistad es casi como la comida.


Porque con el paso del tiempo, te vas dando cuenta de que amistades son de verdad, de cuales ha valido la pena perderlas, de cuales ha valido la pena mantenerlas y de cuales son tan verdaderas y fieles, que despues de todo, han vuelto contigo cuando mas lo necesitabas, cada vez que alguien te hace caer, te vas dando cuenta de que no es nada facil encontrar alguien que te regalo las sonrisas que tu les diste antes y que no sean solo prestadas y despues te las haga devolver en lagrimas, tambien te vas dando cuenta, de que la confianza da asco, de que, antes de hablar tendrias que ponerte una contraseña dependiendo de con quien estes hablando, de que, no todos tus secretos van a ser guardados, y quizas te des tambien cuenta de quien vale realmente la pena, de quien tiene defectos asequibles y virtudes a puñales, pero sobre todo, te vas a dar cuenta de que la amistad es una farsa, su envoltorio puede ser el mas precioso, pero por dentro, su contenido suele estar ya caducado. Sin embargo, hay algunas amistades que..que no son asi: que no caducan nunca, solo se congelan, y se quedan ahi, fingiendo que ya no sirven, al final del congelador.
Pero cuando llega la necesidad y todos los demas se han ido, esos que decian ser inmortales, perennes, mira, ahi esta, tu paquetito con un trozo de tu corazon, congelado, esperando a que lo saques a airear, para volver a ser el de siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario