Si todos los caminos llegan a Roma, ¿cómo se sale de Roma?

A veces, pensamos demasiado y sentimos muy poco.

Mi abuelo siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella, aunque, en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás.

Y es que la vida son momentos, ¿sabes? Que ahora estoy aquí y mañana no lo sé. Y que quería decirte, que si alguna vez quieres algo, quieres algo de verdad, ve por ello y nada más, mirando el miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella...

Así que no sé qué será de mí mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo, que los amigos son la familia que elegimos y que yo te elijo a ti, te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja, que apuesto fuerte por estos años a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos y los amores del pasado. Tus abrazos, así por que sí, sin venir a cuento, ni tener que celebrar algo.

Y es que en este tiempo me he dado cuenta que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas. Y que tú has hecho infinito mi límite, y así te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo, por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, con ese brillo en los ojos capaz de pelearse contra un millón de tsunamis...

Así que no... no sé dónde estaremos mañana, no sé dónde estaremos dentro de diez años, ni cómo se sale de Roma, no te puedo asegurar nada. Pero te prometo, que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, por eso, mi luna va a estar siempre contigo, porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida y eso, eso no lo voy a olvidar nunca.

viernes, 26 de septiembre de 2014

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Pequeños detalles, pequeñas manias, pequeños momentos, pequeñas señales, pequeños caprichos, pequeñas razones. Pequeñas, insignificantes, para muchos, para nosotros las que nos hacen sentir bien. ¿Que no me quieres? Pues ahora soy feliz solo para joderte un rato.
¿Que ese tio me ha mirado? Otra razon por la que ser feliz hoy.
¿Y mañana? Mañana vendra otro y entonces podras sonreir el resto de tu vida. ¿Que lo llevas años esperando y nada de nada?
Sonrie, le esta costando lo suyo prepararse para ser lo suficientemente perfecto como para aparecer frente a tus ojos. ¿Te ries de lo que digo? JA, Lo he conseguido, has vuelto a sonreir una vez mas, merece la pena.
Fuera problemas, fuera preocupaciones y malos rollos. Vamos a sonreirle a la vida. ¿Que no te gusta tu sonrisa? Vamos, que los rayos del sol te la tapan, que tus ojos alumbran y dejan ciegos a aquellos que se atrevan a bajarte la mirada. ¿Chorradas dices que digo? JA, te pillé, se que lo estas haciendo, se que me estas sonriendo. ¿Que soy tonta? Nada de eso, te he hecho sonreir, que no es poco.
Sonrie, venga tensa los musculos, china los ojos, sube las cejas, abre tu garganta, que se oigan tus sentimientos y que los vea todo el mundo.
Sonrie, sonrie, sonrie.

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