Si todos los caminos llegan a Roma, ¿cómo se sale de Roma?

A veces, pensamos demasiado y sentimos muy poco.

Mi abuelo siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella, aunque, en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás.

Y es que la vida son momentos, ¿sabes? Que ahora estoy aquí y mañana no lo sé. Y que quería decirte, que si alguna vez quieres algo, quieres algo de verdad, ve por ello y nada más, mirando el miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella...

Así que no sé qué será de mí mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo, que los amigos son la familia que elegimos y que yo te elijo a ti, te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja, que apuesto fuerte por estos años a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos y los amores del pasado. Tus abrazos, así por que sí, sin venir a cuento, ni tener que celebrar algo.

Y es que en este tiempo me he dado cuenta que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas. Y que tú has hecho infinito mi límite, y así te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo, por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, con ese brillo en los ojos capaz de pelearse contra un millón de tsunamis...

Así que no... no sé dónde estaremos mañana, no sé dónde estaremos dentro de diez años, ni cómo se sale de Roma, no te puedo asegurar nada. Pero te prometo, que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, por eso, mi luna va a estar siempre contigo, porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida y eso, eso no lo voy a olvidar nunca.

jueves, 29 de mayo de 2014


Estabamos una noche, o mejor dicho, una madrugada en mi habitacion. Donde en la otra cama estaban aproximadamente tres amigas, jugando con sus respectivos telefonos pero que en cuestion de minutos se quedaron dormidas. Mientras que en mi cama estaba yo y a mi lado estaba el, tan encantador como siempre. Estaba simplemente acostado detallandome mientras yo a decir verdad no le prestaba la mayor de las atenciones, me encontraba profundamente concentrada en mi telefono hablando con oto amigo, nos mensajeabamos tonterias hasta que comenzo a reclamarme por una boberia que exactamente no recuerdo cual era. Pero no queria que me arruinara la noche asi que deje mi telefono a un lado y vi que todos estaban dormidos. Me recoste en la cama silenciosamente y me arrope como pude, hasta que el se dio la vuelta quedando justo frente a mi, yo a su izquierda y el a mi derecha. Abrio los ojos y nuestras miradas se encontraron. Ambos estabamos arropados hasta la nariz de modo que solo se nos veian los ojos. Cuando repentinamente el desarropa su rostro, se levanta un poco y a toda velocidad me desarropa a mi y literalmente se lanza hacia mi dandome el mas profundo de los besos.

Esta vez el estaba sobre mi, en ropa interior, con una franela. Con su cabello perfectamente desordenado y sus labios unidos a los mios. Era algo que las palabras real o magico quedaban cortas para describir ese momento. Es de esos momentos que dudas que pasen, pero suceden. Estabamos en perfecta armonia y podiamos continuar asi por el resto de la noche, mordi su labio varias veces y el el mio. Nos separamos unos segundos y el, lo mas discretamente que pudo comenzo a mirar hacia mi escote, pero sin desviar su mirada de mis ojos. Sus manos estaban relativamente cerca de mis senos y a decir verdad, no me hubiese importado perder la cordura esa noche con el. Mientras que con la mirada le suplicaba que me besara, el tomo mi rostro entre sus manos acariciando mi cabello y dijo estaremos juntos hasta que la muerte nos separe. Inconscientemente y casi por inercia sonrei de una manera unica y seguido el pronuncio las palabras.. me tienes... Continuamos en esos interminables besos cuando de repente siento su erección sobre mi entrepierna, lo cual el nota y rapidamente se lo acomoda, esperanzado en que yo no lo haya notado. Solte un leve gemido y seguidamente, en lentitud y con el maximo de los silencios, nos dimos poco a poco la vuelta quedando esta vez yo arriba de el, en cuanto abrimos mas nuestros labios dando paso a nuestras lenguas para intensificar el beso. Cuando de repente...

Despierto. Justo en el lugar de los acontecimientos pero completamente sola. Dejandome abrumada y desconcertada, con mucho que pensar. ¿Que fue lo que ocurrio? Tras darme cuenta de que tan solo fue un sueño que fue tan perfecto para mi que ni siquiera me habia dado la molestia de imaginar y mi subconsciente quiso hacerme bullying con tan realistica escena. Segundos despues me percaté de que lagrimas salian de mis ojos, pues un momento tan unico no podia ser real. Y si pudiese, dudo que fuera con el. Porque a veces hay cosas que simplemente se pueden soñar y que la realidad esta limitada a que sucedan. En el fondo se que un sueño asi no podria nunca ser real.

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