Si todos los caminos llegan a Roma, ¿cómo se sale de Roma?

A veces, pensamos demasiado y sentimos muy poco.

Mi abuelo siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella, aunque, en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás.

Y es que la vida son momentos, ¿sabes? Que ahora estoy aquí y mañana no lo sé. Y que quería decirte, que si alguna vez quieres algo, quieres algo de verdad, ve por ello y nada más, mirando el miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella...

Así que no sé qué será de mí mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo, que los amigos son la familia que elegimos y que yo te elijo a ti, te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja, que apuesto fuerte por estos años a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos y los amores del pasado. Tus abrazos, así por que sí, sin venir a cuento, ni tener que celebrar algo.

Y es que en este tiempo me he dado cuenta que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas. Y que tú has hecho infinito mi límite, y así te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo, por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, con ese brillo en los ojos capaz de pelearse contra un millón de tsunamis...

Así que no... no sé dónde estaremos mañana, no sé dónde estaremos dentro de diez años, ni cómo se sale de Roma, no te puedo asegurar nada. Pero te prometo, que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, por eso, mi luna va a estar siempre contigo, porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida y eso, eso no lo voy a olvidar nunca.

jueves, 6 de febrero de 2014

Y yo pequeña, y yo.


No sé qué tienes, pero el roce de tu mano  en mi cuerpo hace que me estremezca. Me encanta dejar pasar el tiempo, si es por estar a tu lado. Adoro mirarte a esos ojos que me vuelven loca, y sentir que soy feliz si estoy a tu lado. Te extraño cada segundo que no paso a tu lado. Quiero que me des tu calor día a día. Deseo que no acabe este momento nunca, que el sentimiento de felicidad que siento si estoy a tu lado no se marche. Añoro poder tocar tu pelo, o poder decirte cosas para que te rias. Añoro hacertee reir, aunque sea de mi, lo importante es que te ries, que eres feliz. Te añoro, te necesito, te deseo. te quiero.
No dejaba de pensar en lo que él le había dicho ¿Era verdad lo que decía o sólo lo decía por decir? ¿Se sentía realmente así?
¿Le añoraba, le queria, le necesitaba, le deseaba? No podía creerlo...
-¿En que piensas? -le preguntó el al ver que no hablaba.
-Nada preocupante, tranquilo.
Le besó.
-Dime en qué estabas pensando por favor.
-Estaba recordando tus palabras, solo eso.
-Oh...¿tanto te ha molestado que te dijese la verdad?
-¿Realmente es verdad?
-Sino no lo hubieses oído.
-Ah...
-¿Que te preocupa? dime...
-Simplemente el hecho de que tú sientes algo por mi que no comprendo por que lo sientes. Lo que me preocupa es que me enamore de tí, y que vuelva a sufrir.
-Me ha costado conseguirte....
-No me gusta poner las cosas fáciles.
-Por eso siempre he intentado conseguirte, porque eras como un reto. Te queria, y te quiero... y al ponermelo mas dificil cada dia te quiero mas. Es algo extraño, nunca habia soportado tanto tiempo a nadie como a ti. Eres especial, no se explicarlo.
-Soy invisible a los ojos del resto.
-¿Y que tiene eso de malo?
-Que quizá el dia que me enamore de alguien, sea invisible para el...
-Entonces será que no te merece.
-O que yo no valgo lo bastante.
-Que no te merece.
-No me hagas ganarte a un duelo a cosquillas porque me se tus puntos débiles.
-Mira como tiemblo...
-¿Si? Vas a flipar...

Comenzó a hacerle cosquillas y él no podía parar de reír. Le encantaba verle tan feliz. Ella se distrajo y el aprovechó y le cogió, le besó. Ella, al rozar la mano del muchacho en su cuello, sintió algo extraño. Era una mezcla de electricidad y entusiasmo. Estando con él, todo lo demás dejaba de tener sentido.
Sabía que no estarían eternamente, pues lo eterno no existe. Debía aprovechar cada segundo con él, porque el tiempo...se asaba y no volvía.

-Te quiero.
-Y yo pequeña, y yo.

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