Si todos los caminos llegan a Roma, ¿cómo se sale de Roma?
A veces, pensamos demasiado y sentimos muy poco.
Mi abuelo siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella, aunque, en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás.
Y es que la vida son momentos, ¿sabes? Que ahora estoy aquí y mañana no lo sé. Y que quería decirte, que si alguna vez quieres algo, quieres algo de verdad, ve por ello y nada más, mirando el miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella...
Así que no sé qué será de mí mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo, que los amigos son la familia que elegimos y que yo te elijo a ti, te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja, que apuesto fuerte por estos años a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos y los amores del pasado. Tus abrazos, así por que sí, sin venir a cuento, ni tener que celebrar algo.
Y es que en este tiempo me he dado cuenta que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas. Y que tú has hecho infinito mi límite, y así te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo, por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, con ese brillo en los ojos capaz de pelearse contra un millón de tsunamis...
Así que no... no sé dónde estaremos mañana, no sé dónde estaremos dentro de diez años, ni cómo se sale de Roma, no te puedo asegurar nada. Pero te prometo, que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, por eso, mi luna va a estar siempre contigo, porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida y eso, eso no lo voy a olvidar nunca.
domingo, 17 de junio de 2012
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Tengo panico a los baches, a los altibajos, a las crisis, les temo a la soledad y a las matematicas de la vida, tengo miedo a los horarios, a la vida estructurada y planificada, una embriagadora rutina o un monotono dia a dia, temo al chocolate negro pero no soy ni mucho menos racista, temo a quien se esconde bajo su paraguas pero no a la lluvia, le tengo miedo al abrupto mar pero no a la costa, tengo miedo a las profundidades de cualquier superficie, tengo miedo a lo desconocido, pero me despierta curiosidad, una bochornosa mezcla de sensaciones, en realidad, lo supera todo, tengo panico a las distancias, y aun mas a las despedidas, temo las discusiones, las rupturas, las heridas mal curadas y la falta de remedios, soy precavida y prudente hasta la exageracion, y me asusta lo que eso me consume, siempre tengo un segundo plan, me da miedo nuestra generacion y su futuro, tengo miedo de no ser feliz, de ser uno mas del monton, de no llegar a lo que aspiro, aunque eso a menudo lo olvido, me asusta el poder de las palabras, pues descubri que tambien pueden ser puñales, temo lo sospechoso, los secretos, pero amo los susurros, las confesiones al oido, las complicidades y los guiños, no temo las lagrimas, pero si los sollozos, te temo, temo tu fugacidad y a la vez tu espera, temo tu pensamiento, tus planes, tus jugadas, porque me superas tanto que no llegas a comprenderme, incluso tanto que me comprendes demasiado, adoro tu sencillez pero me asusta tu complejidad, me asusta el paso del tiempo,el desaprovechamiento de este, temo las letras pero las amo, temo las artes pero me fascinan, les tengo miedo a los genios, a los que poseen un don, pero los envidio, me asusta el no poder comprenderles, temo las dobles direcciones, pero me gustan por partida doble, temo los recuerdos, pero formo parte de ellos, tengo miedo de las falsas apariencias, pero soy una de ellas, no me asusta la muerte, pero si el dia en que deje de lado mis miedos...
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