Si todos los caminos llegan a Roma, ¿cómo se sale de Roma?

A veces, pensamos demasiado y sentimos muy poco.

Mi abuelo siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella, aunque, en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás.

Y es que la vida son momentos, ¿sabes? Que ahora estoy aquí y mañana no lo sé. Y que quería decirte, que si alguna vez quieres algo, quieres algo de verdad, ve por ello y nada más, mirando el miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella...

Así que no sé qué será de mí mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo, que los amigos son la familia que elegimos y que yo te elijo a ti, te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja, que apuesto fuerte por estos años a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos y los amores del pasado. Tus abrazos, así por que sí, sin venir a cuento, ni tener que celebrar algo.

Y es que en este tiempo me he dado cuenta que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas. Y que tú has hecho infinito mi límite, y así te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo, por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, con ese brillo en los ojos capaz de pelearse contra un millón de tsunamis...

Así que no... no sé dónde estaremos mañana, no sé dónde estaremos dentro de diez años, ni cómo se sale de Roma, no te puedo asegurar nada. Pero te prometo, que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, por eso, mi luna va a estar siempre contigo, porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida y eso, eso no lo voy a olvidar nunca.

lunes, 15 de julio de 2013

Me ahogo si te pierdo, si te pierdo no soy yo.

Nos quedamos mirando y sonreí.
No temes querer, temes que no te quieran, temes el hecho de querer a alguien y que ese alguien no sienta ese sentimiento con tanta fuerza como tu lo sientes, temes que ese amor se marche de tu lado, que lo poco que tenias de el acabe en nada por intentar siempre conseguir algo mas, tienes miedo a que te hagan daño y no lo puedes negar...tienes miedo a tomar la decisión incorrecta, de equivocarte y que no se pueda solucionar, pero nada depende de ti, tu puedes mentirte, taparte los oidos para no escuchar lo que la gente te grita, puedes cerrar los ojos al mirarlo e incluso puedes estar con otras personas sabiendo que no podrán ser tan importantes para ti como lo podría ser él, pero tú no decides, tu no puedes equivocarte, porque no escoges nada, tu no decides a quien querer, podriamos elegir el camino facil o decidir elegir a la persona que tanto nos quiere y que esta dispuesta a cuidarte, pero solemos tender a complicarnos la vida, a sufrir por querer a alguien y machacarnos por ello cuando lo cierto es que nosotros no hemos hecho nada. Tú no decidirás dejar de quererlo , no serás capaz de hacer oídos sordos todo el tiempo, pero si que puedes ser culpable de perderlo por tu miedo a quererlo.

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