Si todos los caminos llegan a Roma, ¿cómo se sale de Roma?

A veces, pensamos demasiado y sentimos muy poco.

Mi abuelo siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella, aunque, en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás.

Y es que la vida son momentos, ¿sabes? Que ahora estoy aquí y mañana no lo sé. Y que quería decirte, que si alguna vez quieres algo, quieres algo de verdad, ve por ello y nada más, mirando el miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella...

Así que no sé qué será de mí mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo, que los amigos son la familia que elegimos y que yo te elijo a ti, te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja, que apuesto fuerte por estos años a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos y los amores del pasado. Tus abrazos, así por que sí, sin venir a cuento, ni tener que celebrar algo.

Y es que en este tiempo me he dado cuenta que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas. Y que tú has hecho infinito mi límite, y así te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme llorar riendo, por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, con ese brillo en los ojos capaz de pelearse contra un millón de tsunamis...

Así que no... no sé dónde estaremos mañana, no sé dónde estaremos dentro de diez años, ni cómo se sale de Roma, no te puedo asegurar nada. Pero te prometo, que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, por eso, mi luna va a estar siempre contigo, porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida y eso, eso no lo voy a olvidar nunca.

sábado, 29 de septiembre de 2012


Los sentimientos son cómo una montaña rusa, arriba del todo, se encuentra la felicidad plena junto a esa persona, de dónde no queremos movernos. Pero cuando no nos damos cuenta, hay palabras que lo estropean, y esa montaña rusa, se va abajo, haciéndonos sentir la peor persona del mundo. A veces es tarde para pedir perdón, pero otras, nunca se sabe. Muchas veces, nos damos cuenta tarde, de lo que sentimos por esa persona, cuando la estamos perdiendo o cuando vemos todo lo que pudo haber pasado con solo una mirada. Por suerte, yo sigo al lado de la persona más importante de mi vida, y no quiero que se aleje jamás de mí...sin él me sentiría vacía.




A lo largo de nuestra vida, conocemos a personas, que sin saberlo, logran hacer un hueco en nuestro corazón, hasta el punto de ocuparlo completamente, pero solo una de ellas lo logra ocupar entero. Esa persona, se convertirá en la razón de cada sonrisa, de cada latido, de esa felicidad que te inunda. Esa persona, lo es todo, pero no nos damos cuenta de lo mucho que nos importa, hasta que nos imaginamos miles de momentos sin esa persona, hasta que la distancia no se pone por medio, no sabemos apreciar cada palabra que se dijo. A veces, es demasiado tarde para dar marcha atrás, para decir aquel te quiero que tanto querías decir y no dijiste. Te quiero mucho, no lo olvides...

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