La verdad es que nadie nos prepara para algunas cosas, y algunas cosas no son lo que parecen, como las personas.
La ayuda te puede venir del lugar menos pensado y de quien menos lo imaginas.
He aprendido que hay muchas maneras de sentirse útil. Que los jóvenes somos a menudo frágiles, impulsivos, y actuamos sin pensar. Que los viejos pueden ser muy lentos, muy pesados, pero también muy sabios.
Las apariencias engañan, sí...pero tarde o temprano la verdad se planta ante nosotros. La cuestión en si cuando eso ocurre somos capaces de reconocerlo...
"NUNCA SABES DE QUIEN PUEDES ESPERAR MÁS..."
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