
Muchas personas contribuyen en mi felicidad, pero nadie consigue hacerme sonreír tanto como tú.
Contigo he aprendido a reír de todas las maneras posibles: me he reído mientras lloraba, he llorado de tanto reír, y reído hasta tal punto que llegar a pensar que me iba a morir porque no era capaz de parar y ponerme a respirar.
Porque contigo lo imposible sería no reír.
Te quiero porque eres la persona que mejor me conoce, porque con una mirada sabes exactamente que es lo que estoy pensando, que es lo que estoy sintiendo y que es lo que necesito. Y siempre has estado ahí para todo.
Es cierto que nos hemos enfadado muchas veces, pero siempre lo hemos acabado arreglando, porque como reconocimos la primera vez que nos enfadamos, somos incapaces de vivir el uno sin el otro.
Porque tu eres mi mitad, eres lo mejor de mi, lo que me hace sonreír día a día...
Y no quiero que nada ni nadie nos separe nunca, porque no podría soportar una vida en la que tu no estés a mi lado.
Una vida en que tus ojos no sean lo primero que vea cada mañana, y lo último cada noche.
Porque no hay nadie en este mundo que te quiera tanto como yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario